jueves, 16 de febrero de 2012

Música clásica, génesis de la inspiración.

A los niños se les debería enseñar en las escuelas a apreciar la música clásica. Esta música provoca en el niño una habilidad mayor para la concentración. La música clásica, en especial la del Barroco, produce lo que se conoce como "partículas alfa". Estas partículas, al ser emitidas, provocan que el ser humano entre en un estado de concentración mayor al normal. Incluso entran a un estado de relajación similar al de antes de acostarse a dormir, por eso es que a mucha gente se le hace más fácil dormir con éste tipo de música. Un experimento desarrollado por psicólogos canadienses en la década de los '90 ha comprobado que la enseñanza musical acelera el desarrollo del córtex cerebral de los niños del período maternal y de primaria.



La música clásica, al ser escuchada por mucho tiempo, agudiza el oido permitiendo que el oyente capte cada uno de los detalles emitidos por cada instrumento durante toda una canción. El oyente puede llegar a un nivel mayor de agudización en su oido que incluso puede percatarse de los cambios de tono de todas las fases de una canción en específico. Esta agudización de oido ayuda al niño a captar con más atención cuando se le esté dando una instrucción o mas bien para que preste mayor atención en clase.



La mejora de la capacidad para la memorización gracias a la música clásica facilita el aprendizaje de la lectura, escritura y las matemáticas. Es recomendable que se les enseñe a los niños a apreciar la música clásica ya que ésta aumenta sus capacidades de concentración lo cual es algo vital para tener buenas calificaciones en sus clases.